viernes, enero 31, 2025

El desencanto de la historia

by EDISON PERALTA GONZƁLEZ
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El sentido profundo de la protesta social consiste
en haber opuesto al fantasma implacable del futuro la realidad espontƔnea del ahora.

(Octavio Paz)

Hace un poco mƔs de 70 aƱos unos monstruos falangistas de las Ʃlites de siempre se declararon la guerra para dirimir sus maquiavƩlicas posturas, robarse la tierra, saciar su avaricia y de paso decapitar mƔs de 300 mil colombianos, todos conservadores y liberales pobres durante la Ʃpoca de la violencia partidista 1946- 1958.

DespuĆ©s de las matanzas las hienas se abrazaron y firmaron el pacto de la muerte para seguir asesinando en conciĆ”bulos macabros la inocencia de los humildes durante mĆ”s de 16 aƱos con el sofisma distractor azul y rojo que aĆŗn permea indolente en el Congreso de Colombia y se atraviesa en forma cĆ­nica, con otros engendros, a las reformas sociales y polĆ­ticas porque lucha el presidente Gustavo Petro. Ha corrido desde entonces mucha sangre en esta naciĆ³n filibustera de hacendatarios, banqueros, mafiosos y ladrones.

En Macondo el dinero fluye desmedido, alicorado, en la garganta de los desheredados que no leen como enunciara Eugenio Sue en sus histĆ³ricos relatos. Entre tanto, Melquiades con sus cachivaches acude a conjurar el ruido ensordecedor de las cantinas y carruajes que circulan incontrolables en la pequeƱa ciudad ultramontana.

JosĆ© Arcadio BuendĆ­a, esta vez, resolviĆ³ Ā esquivar los desaciertos de los Ćŗltimos gobernantes impuestos por los dioses del mercado y la mentira y permitir que siguiera todo igual para evitar el desborde y desatino o alguna conflagraciĆ³n en las calles maltrechas de la otrora naciĆ³n de los pijaos.Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Ā  Flamantes camionetas y carruajes de Ćŗltima generaciĆ³n hacen el “quite” a huecos y calles y averĆ­as de la ciudad encantada que aĆŗn espera el resarcimiento de sus calles fantasmales por parte de polĆ­ticos troleros.

En los dĆ­as de la “fiesta grande” personajes discretos con mucho dinero pero escaso conocimiento de la realidad Ā histĆ³rica de esta villa del desencanto y bellas cascadas desfilan con botellas de Whisky y aguardiente en mano para demostrar que estĆ”n ahĆ­ Ā con lo mĆ”s fino y destacado de sus lavaderos y caballerizas, dispuestos a recibir el aplauso de los condenados de la tierra y expectantes hijos del pueblo y los sin nada que ad portas de las elecciones se apresuran a vender su voto a cualquier malandrĆ­nā€¦ como una humillaciĆ³n a su alma y una torpe degradaciĆ³n a su mĆ­sero abandono.

 

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